Elucubraciones V:
José Luis Jiménez Rodríguez.
José Luis Jiménez Pegüi |
EL DESTIERRO DEL BIEN Y DEL MAL.
Este papel tiembla pensando en tu cuerpo, terrenal oración a la caída
de la tarde, que no se atreven mis labios a profanar; piel blanca, serena
casita abrazada de cal en verano, ojos azules, silencioso color del cielo
al mediodía, pelo rubio campo de trigo, que juega a imitar las olas del mar.
Desde el solitario taller de la mente
Donde con materiales derrotados esculpo
Los detalles sublimes de tu rostro
Y el paisaje tabú de tu alma
¿ Quién custodia la belleza de tu nombre?. Espíritu celeste, mujer
temprana, autora del dolor urbanizado de poesías, convertiste en alegría el
paisaje de mis temblorosas manos, que recorrieron tu aura rozando la reverencia
de una sonrisa tibia y húmeda, buscando el sabor que el destino más íntimo de
tu alma ofrece; sensual ser donde yace el pecado de fugitivas miradas, alquimia
creada, ángel de agua entronizado por el naufragio perverso de mis
pensamientos.
Despierta la fuente, la angustia
Mi atea naturaleza ermitaña
Buceando en el espíritu de tu cuerpo
Oculto al anhelo de la sed
Bello coqueteo en el desparpajo, inspirado hacedor del
paisaje malagueño, que invade el hipocentro de tu universo. Palpita una
amapola. ¿Qué podría inventar el sentimiento? para no levantar sospechas, en la
luz que acapara la dulzura de tu pequeñita boca; mujer de carácter interesante
y descarada gracia.
Hoy atraviesas los bifurcados caminos
Regados con gotas d recuerdos
Las jábegas tiemblan con tu partida al amanecer
Sutil navegar sobre las sugerentes sábanas
Que silenciosas te ausentan por mares olvidados
Levantas una sonrisa en el día a día, energía que
contagia toda esperanza de vida, cosita cautivadora, no es fácil
resistirse al mágico ronroneo de tu belleza interior; buscadora de fantasías,
que plasmas con la pluma sobre el folio un compás de palabras
buscadas, retozadoras de ilusiones en el tálamo del tiempo y
los sueños; desgarro dictado, a veces por las escurridizas pesadillas, a
veces en un vuelo irreal con el pegajoso superman.
J.L. Jiménez Pegüi.
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