1.-
Introducción Histórica:
La forma de Rakú que ha llegado hoy en
día hasta nosotros, está muy occidentalizada y ha perdido mucho en cuanto a la
filosofía y estilo que tanto aprecian los japoneses. ¡Que le vamos a hacer!, la
vida continua, todo evoluciona, no es malo, es nuestra manera de crecer, pero
es conveniente tener en cuenta nuestro pasado entendiendo como nuestro a lo que
al ser humano se refiere. Por otra parte, el mismo Rakú, fue fruto de una
evolución en su tiempo y este probablemente no habría llegado hasta nuestro
días sino fuera por su elección por los maestros de la ceremonia del te,
justamente por la sencillez de sus formas.
En los occidentales siempre ha sido una
constante el mirar hacia Oriente para poder encontrar las raíces que le unen
con la naturaleza. Desde el siglo XIX, el artista occidental se ha interesado
de una manera especial por el arte de Japón y China y ha reflejado este interés
en sus obras. El Rakú es fruto de estos escarceos formales y conceptuales con
Extremo oriente.
En lo referente a los orígenes del rakú,
hay diversas teorías un tanto confusas al igual que en lo que a su significado
se refiere. Se podría decir que el origen del Rakú se basa en la realización de
un cuenco para la ceremonia del té. El término Rakú proviene de “Jurakudai”,
nombre de un palacio construido por Hideyoshi, que fue uno de los símbolos de
su tiempo. Chójiró adopto el termino por tratarse de piezas cerámicas hechas
exclusivamente para el palacio Juraku, (ju-raku) y no por tener un
significado de “deleite”, “comodidad” o “felicidad”; dadas las interpretaciones
poco exactas que se tienen del tema, conviene poner cierto énfasis en este
punto. Rakú se convirtió entonces en el nombre de la familia que producía este
tipo de cerámicas.
El descubrimiento y desarrollo de la
cerámica Rakú se debe a Chójiró, la primera generación de esta familia de
ceramistas, durante el periodo Momoyama, a finales del siglo XVI. Durante este
periodo, se producía en las zonas que rodean Kyoto una cerámica esmaltada
tricolor, inspirada en las técnicas de la región china de Fujian ya que al
parecer el padre de Chójiró era originario de china y fue el responsable de
introducir la técnica de la cerámica esmaltada tricolor. Algunos autores
(Piepemburg) atribuyen sin embargo al padre de Chójiró un origen coreano,
aunque la evidente influencia de China sobre Corea y Japón, así como el flujo
de información y emigración, no ayudan mucho en la labor de diferenciar
claramente sus orígenes. Yo creo que todos llevan razón, ya que parece ser que
en este periodo de la historia corea estaba dominada por china, así que todo
quedaba en casa.
Fue solamente después de que Chójiró
entrara en contacto con la ceremonia del té y comenzara a hacer cuencos para su
consumo y ceremonial cuando el nacimiento de la cerámica Rakú tuvo lugar.
Los maestros del té del periodo Momoyama
convirtieron la sencilla costumbre de beber té en algo tan complejo como la
ceremonia del mismo, sintetizando otras actividades artísticas, como la arquitectura,
el diseño de jardines, la artesanía, la pintura y la caligrafía, además de
cultivar una toma de consciencia filosófica y religiosa que trascendía la
realidad cotidiana.
Existen muy pocas familias que hayan
sobrevivido en una línea ininterrumpida, generación tras generación, como lo ha
hecho la familia Rakú y sus piezas son consideradas como parte del Tesoro
Nacional y tienen un valor incalculable.
Existe una curiosa teoría sobre el
descubrimiento del Rakú por parte de Chojiro,: tras un desastre natural
ocurrido en Japón, ya sabéis que siempre están liados con los terremotos,
fueron llamados numerosos ceramistas coreanos para ayudar en la construcción de
las casas; uno de ellos fue Chojiro, que emigró junto a su padre Ameyra. Como
no daban abasto con la producción, comenzaron a sacar las piezas cada vez más
calientes ayudándose con pinzas; así descubrieron que soportaban muy bien el
choque térmico, la mala combustión de los hornos que utilizaban, haría el
resto. Existe otra versión parecida pero con tazas en lugar de tejas, parece
ser que Chojiro no daba abasto con la demanda de las mismas.
Sen-no-Rikyu, gran maestro de la
ceremonia del te en kyoto, tomo como protegido a Chojiro y este triunfó. Rikyu
supervisó toda la obra de Chojiro, por lo que se puede decir que este fue el
autor intelectual de la obra de Chojiro.
Los colores que originariamente se
utilizaron para el Rakú, fuero el negro (Kuro-Rakú) y el rojo (Aka-Raku), más
adelante, comenzó a utilizarse el color blanco (Shiro-Raku).
El Raku negro, se obtenía de una piedra
del río Kamo que sostenía altos porcentajes de sílice, manganeso y hierro.
Todos estos elementos, eran molidos con compuestos de plomo, logrando así un
esmalte.
El Raku rojo, se lograba con un engobe
rico en hierro cubierto con un esmalte de plomo. Originalmente, se utilizaban
distintos hornos para hacer los negros y los rojos.
En cuanto a las formas de estos cuencos,
deben mostrar firmeza, equilibrio y una determinada textura agradable al tacto
y al contacto con los labios. Las formas son redondas, no poseen asas, ya que
el cuenco debe ser ofrecido y tomado con ambas manos.
2.
- Técnica del Rakú:
La técnica del rakú, se ha adaptado y
desarrollado en occidente hasta abarcar diversos métodos de cocción. Por regla
general, es una cocción de loza a baja
temperatura, con un ciclo de cocción rápido. Las piezas se extraen con tenazas
del horno al rojo vivo y, mientras están aun calientes, pueden tratarse de
muchas maneras. A menudo, se entierran en serrín u otro material combustible, o
se sumergen directamente en agua. La cocción de rakú es atractiva por sus
rápidos resultados y parece infringir todas las normas. Como es un proceso
directo, que pone al alfarero en estrecho contacto con el fuego y sus efectos
sobre la arcilla, posee una fascinación única y ofrece una experiencia de
aprendizaje tremenda.
2.1.
- Cuerpos de arcilla para Rakú:
La pasta, es
uno de los elementos fundamentales para el éxito de una quema de Raku, por lo
que deberá soportar el choque térmico a que será sometida durante la misma.
La arcilla, se
dilata rápidamente por efecto de la temperatura a la que es expuesta al ser
introducida en el horno caliente y se contrae con igual rapidez al ser retirada
del mismo. Por este motivo una pasta con un gran índice de contracción y
dilatación pueden provocar grietas durante el desarrollo del proceso de cocción
o reducción. Por tanto la arcilla idónea para ser utilizada en la cochura de
Raku, será obviamente, aquella que no se rompa.
Dos elementos
son fundamentales para ayudar a que una pasta resulte resistente al cambio
brusco de temperatura: la camota y el talco industrial (silicato de magnesio).
La camota, le quita capacidad de absorción de agua a la cerámica, disminuyendo
el índice de contracción y dilatación. La chamota ideal, sería la procedente de
la molienda de ladrillos y placas refractarias y se incluirá en porcentajes que
oscilaran entre un 10% y un 30%, también podremos utilizar arena calcinada para
eliminar impurezas y restos calcáreos.
El talco, nos
brinda un lento y parejo coeficiente de dilatación, su porcentaje ideal para no
quitar plasticidad a la arcilla es de un 10%.
Las pastas de
gres bizcochadas a 950º, resultan muy seguras para el Rakú, ya que al ser
bizcochadas por debajo de su punto de fusión, mantienen el poro abierto,
acomodándose mejor durante el choque térmico.
Fórmulas:
Pasta
blanca:
Pasta roja:
Arcilla 70% Arcilla
roja 70%
Cuarzo 20% Cuarzo 20%
Feldespato 10%
Feldespato 10%
Camota 10/30% Chamota 10/30%
Talco 10% Talco 10%
Barbotinas:
Si
deseamos llevar a cabo, una cierta cantidad de piezas iguales, utilizaremos la
técnica de la colada. Esta técnica, consiste en el vertido sobre moldes de
escayola de barbotina.
La
barbo tina, es una arcilla que se hidrata hasta conseguir un líquido espeso.
Para se utilizado en colada, conviene agregarle un porcentaje de defloculante,
el defloculante, es una sustancia que otorga fluidez a la barbotina. Los más
usuales, son el silicato y el carbonato de sodio. Las utilizaremos en
porcentajes de 0,1% de cada elemento.
Para obtener
una barbo tina que resista la quema, se agregará un 12% de talco.
2.2.
- Formas adecuadas para el Rakú:
Las formas que menos probabilidades
tienen de agrietarse:
n No son demasiado gruesas.
n Tienen un grosor uniforme en toda su
extensión.
n No tienen junturas.
n No son del todo planas; las formas curvas
son más resistentes.
n Están diseñadas para retirarse
comodamente con unas tenazas.
Las piezas moldeadas por vaciado de barbotina,
aunque a menudo están hechas con una arcilla homogénea, son por lo tanto una
buena elección, debido a su grosor uniforme.
Las caras de arcilla que se quedan sin
vidriar se ponen de color negro satinado si se cuecen en reducción, o conservan
el color natural de la arcilla cocida a bizcocho si se oxidan. El color de la
arcilla se ve hasta cierto punto a través de un vidriado transparente o
aplicado en una capa fina, y la arcilla de alfarero blanca tiende a ofrecer una
base más brillante para los colores.
2.3.
- Hornos:
El horno eléctrico no es adecuado para el
rakú y, en otro tiempo, el único método valido era construirlo uno mismo. A
menudo se usaba carbón o madera y los hornos siempre se ubicaban al aire libre.
Gracias a los materiales modernos como la fibra cerámica y los ladrillos
aislantes para altas temperaturas, ahora es posible adquirir un horno según las
especificaciones del comprador. Debido a su ligereza y portabilidad, tales
hornos pueden utilizarse en interiores, siempre que haya extractores adecuados.
El gas en bombonas es el combustible más utilizado, por ser el más cómodo.
2.3.1.-
Cocción:
Es útil para evitar el agrietamiento que
las piezas se calienten antes de la
cocción, (se recomienda que estén bizcochadas). Las piezas más grandes pueden
prepararse en un horno más frío y cocerse más lentamente que las pequeñas.
Después de la primera cocción, cuando el horno está caliente, se puede volver a
alcanzar su temperatura en unos 30 minutos. Esto, naturalmente, depende del
diseño del horno y de su eficacia; un buen aislamiento y un quemador eficaz son
una ayuda.
2.3.2.-
Tipos de atmósfera de cocción:
La atmósfera de cocción es o bien
oxidante, o bien reductora. La cocción en horno eléctrico siempre es
medianamente oxidante, y aunque pueden introducirse ciertos productos durante
la cocción para inducir una atmósfera reductora, es probable que ello acorte la
vida de los elementos. Por eso, normalmente se utiliza un horno que quema
combustible - para la cocción reductora.
El aporte de oxígeno en la cámara de
cocción puede restringiese por:
n La introducción de más combustible para
aumentar el ratio del carbono.
n La disminución del aporte de aire.
n Literalmente apagando el fuego.
n En el caso del Rakú a través del humo en
las cubetas.
La atmósfera de oxidación es aquella en
la que todas sus moléculas en el barro y el esmalte, tienen la oportunidad de
captar tantas moléculas de oxígeno como necesiten con objeto de completar las
reacciones químicas, (algunos ceramistas la conocen como cocción completa). En
la cocción oxidante hay una corriente de aire constante en la cámara de
combustión, de modo que el combustible se quema del todo.
En
la cocción reductora, la entrada de aire está restringida y parte del
combustible se queda sin quemar. La teoría de la cocción reductora es sencilla.
Cuando un combustible tal como el gas, el petróleo o la leña se quema, el
contenido en carbono del combustible o monóxido de carbono, se combina con el
oxígeno del aire, produciendo la reacción química de combustión y los productos
de esta reacción son el calor y el bióxido de carbono. La ecuación química de
la combustión es:
C + 2 O = CO2 + calor
Si durante la combustión no hay presente
suficiente oxígeno, se desprende algún carbono libre (el familiar humo negro
que sale por la chimenea) así como monóxido de carbono CO. A la elevada
temperatura del horno, el monóxido de carbono es químicamente activo y puede
tomar oxígeno de cualquier fuente disponible, incluyendo algunos de los óxidos
de los materiales cerámicos y esmaltes. Puede considerarse como si el carbono
tuviese hambre de oxígeno. Cuando los materiales cerámicos se privan de algo de
su oxígeno se dice que se reducen. Esta disminución del contenido de oxígeno en
el material, afecta a su color.
Los óxidos más afectados son los de hierro y
cobre. Las formas de óxidos de hierro y cobre bajas en oxígeno (reducidas)
presentan colores distintos de las obtenidas con una cocción oxidante, llegando
incluso a metalizarse.
3.-
Variantes de la técnica de Rákú:
3.1.- Cocción de Rakú Reductora:
La cocción al rakú reductora es una
técnica en la que hay muchas facetas e interpretaciones personales, y los
ceramistas desarrollan sus propios métodos para alcanzar el éxito según los
efectos deseados. Lo más frecuente es que las piezas cocidas al rakú se sometan
a una “reducción postcocción”. Reducción es un término que se encuentra con
frecuencia en cerámica y que explicaremos más adelante.
Básicamente, se produce por la combustión
incompleta del combustible, propiciado por la exclusión del aire, y el
resultado son colores y efectos particulares en la arcilla y los vidriados.
Las piezas cocidas al rakú se reducen
retirándolos del horno cuando el vidriado está totalmente fundido (en general a
aproximadamente 1000 ºC) y enterrados en un material combustible como serrín,
virutas de madera, hojas secas, paja o papel rasgado a tiras. Existen muchas
variantes de la demostración expuesta aquí. A veces se deja enfriar un poco la
pieza antes de ponerla en contacto con el serrín, para que el vidriado empiece
a solidificarse.
Este enfriamiento rápido al aire libre, o
rociándolo con un poco de agua, puede estimular el efecto de craquelado. La
reducción puede controlarse de modo que sea fuerte (excluyendo todo el oxígeno
posible) o suave (permitiendo una oxidación parcial). Uno de los mayores
problemas de la reducción del rakú es la cantidad de humo que genera, por lo
que conviene ir con cuidado.
3.2.-
Cocción de Rakú Oxidada:
Si bien la mayoría de técnicas de rakú
implican cierto grado de reducción, no se trata de una regla general. Para que
una cocción de rakú sea oxidante tendremos que sacar nuestra obra del horno
para que se enfríe de forma natural, lo cual puede ser deseable para piezas
grandes o delicadas. Mientras que algunas características del rakú no se
desarrollan con la cocción oxidante, aun así es una interesante manera de
utilizar vidriados a baja temperatura, y el craquelado del vidriado es
inevitable.
3.3.-
Rakú Vidriado:
El Rakú vidriado se caracteriza por un acusado
craquelado, teñido de negro por el carbono si la obra se somete a reducción. El
craquelado se crea en parte por el rápido
calentamiento y enfriamiento de la pieza, y se acentúa por el hecho de
que el vidriado - a menudo hecho de frita alcalina - es probable que no le vaya
muy bien al cuerpo. Es susceptible de descascarillarse y la obra sigue siendo
casi siempre porosa, por lo que se considera no funcional.
3.3.1.- Craquelado:
Un vidriado de base alcalina con adición
de colores producirá un matizado turquesa craquelado. El mismo vidriado con
adición de un 5-10 % de óxido de estaño, tendrá como resultado un blanco que
además presentará un craquelado, aunque no sea evidente de forma inmediata.
Para resaltar el craquelado, la pieza debe sumergirse en tinte para telas en
agua fría. Siendo poroso, absorberá el tinte y el resultado será un interesante
craquelado de colores. La tinta china también es un buen medio para destacar el
craquelado.
Los vidriados para rakú pueden adquirirse
o mezclarse. Uno de los colores más espectaculares que se consiguen, es un
bronceado, causado por el cobre en una atmósfera reductora. Se usa nitrato de
plata para los amarillos y dorados, y cloruro de cobre o sulfato de cobre para
el turquesa. Muchos de estos productos químicos son peligrosos y es esencial
extremar las precauciones al manipularlos y al tratar con los vapores que
emiten en el horno.
3.4.-
Rakú desnudo:
Este método consiste en realizar una
reserva de barbotina con ahumado, también es conocido como rakú sin ahumar,
porque el humo puede ser mínimo. Utiliza el efecto decorativo producido por el
humo. A una temperatura de 400-600 ºC, la obra se saca del horno con tenazas o
guantes resistentes al calor y se deposita en algún tipo de cámara reductora.
La pieza puede dejarse sobre periódico o en un recipiente con serrín, lo que
sea la fuente del humo. Siempre que quede atrapado dentro, su efecto puede
abarcar desde ser espectacular a etéreo. La reserva utilizada por este método
es barbotina, que no se adhiere permanentemente a una superficie cocida a
temperatura de bizcocho, pero se mantiene en su sitio el tiempo suficiente para
actuar como reserva contra el humo. Dibujando a través de la barbotina se crean
canales, que se convierten en líneas negras positivas tras el ahumado. Con este
método, son posibles incontables variantes.
3.5.-
Rakú ahumado, efectos de terciopelo.
El concepto de rakú ahumado se refiere al
uso de óxido de cobre y una cocción a baja temperatura para crear colores
sorprendentes en la superficie de la arcilla. El cobre suele mezclarse con un
fundente y a menudo contiene un agente como goma arábiga, cola de empapelar o
cola de acetato de polivinilo para proteger la superficie de las
desconchaduras. La mezcla se pinta o pulveriza sobre bizcochos. Las piezas se
sacan del horno a 929 - 1000 ºC y, en lugar de templarlas con agua o someterlas
a reducción, se depositan sobre un lecho de serrín u otro material combustible.
No tiene que ser una gran cantidad, solo lo suficiente para prenderse cuando se
colocan encima las piezas calientes. Unas gotas de disolvente para pintura
salpicadas previamente encima del serrín facilitan la ignición, de modo que
unas cuantas llamas lamen el contorno de los cacharros y crean interesantes
patrones. El calor se conserva con una tapa y el ahumado se produce en el
interior de la cámara.
El ahumado es otra técnica que los
ceramistas pueden adaptar a sus necesidades individuales, e incluso la menor
alteración en el método puede provocar una enorme diferencia en el resultado.
4.-
Salud y seguridad:
Las reglas generales para cualquier
operación cerámica son validas para el rakú, pero además, deberán ser tenidas
en cuenta las siguientes:
n No utilice nunca ningún tipo de
disolvente inflamable con una temperatura de ignición baja (como alcoholes
metilados) cerca del horno o las cámaras reductoras).
n Use siempre guantes de fundición cuando
trabaje con el horno caliente y calzado protector adecuado, no sandalias.
Recójase el cabello y tenga cuidado con la ropa holgada.
n Para realizar cualquier actividad similar
al rakú, se recomienda usar una careta protectora.
n Tenga cuidado con la inhalación de humo y
reduzca este al mínimo.
n Recuerde que aunque las piezas quizás no
estén al rojo vivo, pueden estar lo bastante calientes para causar quemaduras
graves. Piense antes de tocar.
n cuando las piezas se sumergen en un cubo
de serrín con la tapa en su sitio, es peligroso levantar la tapa y dejar entrar
oxígeno en el cubo hasta que todo se ha enfriado. Una entrada repentina de aire
puede provocar una explosión y llamas inesperadas. Ciertos tipos de serrín o
virutas proceden de madera tratada con conservantes y pueden llamear de una
manera alarmante.
Fórmulas
de esmalte para Rakú: (La Paleta del Ceramista)
Frita
de alto contenido alcalino................................85 %
Arcilla
de Bola.......................................................... 7,5%
Creta.........................................................................
7,5%
Mezclas:
Óxido de estaño............10 %
Óxido de cobre............... 3 %
Óxido de hierro rojo..... 10 %
Dióxido de manganeso... 1 %
Nitrato de plata.............. 1 %
Óxido de cromo............. 0,8 %
Óxido de cobalto .......5% y Óxido de
estaño............ 5%
Nitrato de plata .........0,5% y Óxido de
estaño......... 0,5%
Óxido de hierro rojo.. 6% y Óxido de
estaño............ 5%
Óxido de cobalto .......0,5% y Óxido de
hierro rojo... 6%
Nitrato de plata .........0,5% y Nitrato
de bismuto...... 0,5%
Óxido de cobalto .......0,5% y Óxido de
cromo.......... 0,4%
Óxido de cromo .........0,4% y Óxido de
estaño......... 5%
Óxido de cobre ..........1,5% y Nitrato
de plata.......... 0,5%
Óxido de cobre ..........1,5% y Óxido de
estaño......... 5%
Óxido de cobre ..........1,5% y Óxido de
hierro rojo... 6%
5.-
Conclusión:
El Rakú es únicamente una técnica
decorativa; la temperatura es tan baja que las vasijas no retienen el agua, y
el temor al desarrollo de bacterias en el
poroso cuerpo cerámico hace que se evite evite poner comida en los
contenedores de rakú. La calidad imprevisible de loa cocción, la hace
experimental y divertida.
“El Rakú siempre ha sido muy vivencial y
muy experimental al mismo tiempo. Las experiencias son tanto internas como
externas; la interrelación entre el hombre, el material y el proceso, permiten
en ocasiones el nacimiento de una pieza de singular belleza, y esto es bueno.
Pero lo que une al ceramista con el rakú no es una pieza acabada, igual que un
hijo no es lo único que une a un hombre y una mujer en la pareja. Es la
experiencia que acompaña y transforma, que sirve como un continuo lazo de
unión. Una poderosa fuerza que puede crear algo completamente nuevo, y que
actúa como una expresión artística y una forma de vida todo al mismo tiempo”.
Robert Piepenburg.
José Manuel Martín Aguilera
