Fruta Prohibida
Sé que fue un error mío el quererte;
ciega de amor traspasé las fronteras
Lo que más yo deseaba era tenerte;
tarde es que comprendí lo que tu eras
–
Sólo pude ver lo que en tí había afuera,
tu rostro tan varonil, tu boca ardiente
Tus manos que buscaban impacientes
y yo como una tonta estaba sedienta
–
de ese tu amor profano que me ofrecía
el cálido y dulcísimo néctar de tus besos,
que tenían el sabor de una fruta prohibida
–
Y probé de tu veneno porque te amaba;
fuiste la fruta amarga, pasión maldita
Tarde comprendí que todo nos separa
***
–
María José Acuña Belaustegui
No hay comentarios:
Publicar un comentario