La seda como soporte artístico
Gemma Rojo Martínez

La seda es una
fibra natural que permite fabricar multitud de tejidos, como raso, crespón,
pongé, brocado, adamascado, tweed, crepé, terciopelo etc. Para pintar son
preferibles tejidos con poco relieve, que absorban bien la pintura y permitan
realizar trazos precisos.
Como soporte
artístico la seda puede utilizarse directamente, o bien impregnándola con algún
producto que le confiera un mayor grado de impermeabilidad para hacer reservas
por ejemplo. También se puede teñir, estampar, marmolear... las posibilidades
son infinitas.
Aunque se puede
pintar en seda con pinturas acrílicas, o cualquier pintura para tejidos en
general, existen unas pinturas especiales que aprovechan las cualidades de
difusibilidad de la seda, o bien pueden utilizarse tintes que penetran la fibra
de seda y se unen químicamente a ella, haciendo la pintura permanente y
respetando las cualidades de suavidad y transparencia de la seda (ver figura
1).
Por otra parte se
pueden utilizar multitud de materiales como reserva, algunos de los más
utilizados son las ceras y las gutas (ver figura 2).
Además existen
muchas maneras de conseguir efectos especiales utilizando sal, alcohol, azúcar,
espesantes con los tintes o sustancias que limitan la difusión de la pintura en
el tejido.
Existen multitud de
técnicas para pintar en seda: como acuarela, con reservas de guta o cera
(batik), monotipos, atados y teñidos (shibori, tie dye), etc. Las imágenes dan
algunos ejemplos.
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