Vestida para gustar, vestida para servir, vestida para usar (I).
Nieves Bravo Reyes.
VESTIDA PARA GUSTAR,
VESTIDA PARA SERVIR, VESTIDA PARA USAR (I Parte)
Vamos a hablar de la
Moda. Vamos a hacer un viaje a lo largo de la Historia de la Humanidad, tomando
como eje común, la Moda y comprobando cómo ésta ha sido utilizada por el
hombre, constantemente, para manipular, dominar, controlar, inmovilizar, invisibilizar
y en definitiva agredir a la Mujer y su Libertad.
Según el
diccionario, Moda es: el uso, modo o costumbre que está en boga durante un
tiempo o en un determinado País. Y, gusto colectivo y cambiante en lo relativo
a prendas de vestir y complementos.
Vamos a pasear y
a pararnos en varias “Modas” de diferentes épocas y de diferentes
civilizaciones, para ver cómo ha influido en el mundo femenino....
VENDADO DE PIES
En China,
“chanzú” significa, literalmente, pies vendados ó tradicionalmente, Pies de
Loto.
Probablemente, se
originó entre las bailarinas de clase alta, durante la Dinastía Song (937-975),
en el siglo X. Consistía en aplicar una venda ajustada, en los pies de las
niñas, para prevenir su crecimiento.
Se puso de moda,
convirtiéndose en una práctica común en la clase alta y la burguesía. No, en
las clases bajas, ya que impedía a las mujeres trabajar. Se volvió muy popular
al considerarlo los hombres muy atractivo.
A finales del
siglo XIX se volvió una práctica muy común, hacerlo a la mayor de las hijas de
clase baja, para convertirla en Dama. La intención era lograr un matrimonio
ventajoso, económicamente, y así hacer prosperar a la familia. Se suponía que
no tenían que trabajar.
Las hijas
menores, no, ya que su destino era convertirse en sirvientas domésticas.
Al llegar a la edad de casarse, podían convertirse en concubinas de
hombres ricos o esposas de obreros, campesinos o artesanos. Así podían hacer
trabajos pesados en el campo, los negocios y afrontar tareas de ama de casa y
crianza de hijos.
A continuación
copio la explicación del proceso del vendado de pies, ya que es complicado y
doloroso de explicar... imaginad para ellas: las subían al cuarto de arriba,
del que creo, no salían hasta su finalización y donde las obligaban a andar, a
base de palos.
El proceso empezaba
antes de que el arco del pie de las niñas tuviese la oportunidad de
desarrollarse plenamente. El vendado comenzaba a edad temprana, entre los 2 y
los 5 años, y el doloroso proceso se prolongaba durante varios años. Solía
iniciarse por lo general en los meses de invierno ya que los pies estarían
entumecidos por el frío y el dolor no sería tan extremo.
Primero cada pie se
bañaba y sumergía en una mezcla caliente de hierbas y sangre animal: esto se
hacía con la intención de ablandar el pie para ayudar al vendado. Luego las
uñas se cortaban al ras para prevenir que al crecer perforasen la planta del
pie y provocaran infecciones, ya que después del vendado la punta de los dedos
quedaba apuntando a la planta. Las vendas de algodón de 3 metros de largo y 5
centímetros de ancho eran preparadas hundiéndolas en la misma mezcla de hierbas
y sangre animal. Para permitir que el tamaño del pie se redujese, los dedos de
cada pie eran doblados y presionados con fuerza contra la planta del pie hasta
lograr romperlos.
Los dedos rotos eran
mantenidos apretados contra la planta del pie mientras éste era estirado hacia
abajo, formando línea recta con el resto de la pierna. El arco se rompía a la
fuerza. Las vendas eran atadas repetidamente en forma de ocho, empezando en el
interior del pie en la zona del empeine, pasando sobre los dedos, luego bajo el
pie y alrededor del talón. Los dedos recién fracturados eran apretados
firmemente contra la planta. Con cada vuelta de la venda, el vendaje se
apretaba cada vez más estrechando el empeine y el talón entre sí. Esto
provocaba que el pie roto se doblase en el arco y los dedos quedasen bajo ese
doblez.
Inmediatamente después
de este procedimiento, los dedos rotos de la niña eran plegados bajo el pie
nuevamente y se repetía el vendaje. Este vendado y desvendado era repetido con
la máxima frecuencia posible (para los ricos al menos una vez al día, para
clases más modestas 2 o 3 veces a la semana). Eran generalmente las mujeres mayores
de la familia o una profesional quien llevaba a cabo el inicial quebrado de
huesos y subsiguiente vendado de los pies. Esto era considerado preferible a
que lo hiciera la madre, ya que la misma podría sentir culpa por el sufrimiento
de su hija y estaría menos dispuesta a ajustar bien los vendajes.
El problema más común
con los pies vendados era la infección. A pesar de la cantidad de cuidados
tomados regularmente como el lavado y el corte de uñas, a menudo las mismas se
encarnaban e infectaban. Por esta razón, a menudo las uñas de las niñas eran
extraídas en su totalidad. Lo apretado del vendaje comprometía la circulación
de los dedos, que estaba prácticamente cortada y por tanto, cualquier herida
tenía muy pocas expectativas de curación. Esto causaba infecciones y necrosis.
Si la infección de los
tejidos de los dedos llegaba a las falanges logrando ablandarlas, desembocaba
en necrosis y desprendimiento. Sin embargo, la pérdida de dedos se consideraba
beneficioso porque los vendajes podían aplicarse aún más ajustados y el pie
quedaría aún más pequeño. A las niñas cuyos dedos eran más carnosos a veces les
ponían pedazos de vidrio o de tejas dentro del vendaje y entre los dedos para
producir un corte e infección deliberadamente. A la herida le seguía inevitablemente
la infección, por lo que podía producirse la muerte por shock séptico. Las
niñas supervivientes a estas infecciones tenían más riesgos de sufrir
complicaciones médicas a medida que iban creciendo, puesto que dichas
infecciones dañaban sus órganos internos.
Al principio del
vendado muchos huesos del pie quedaban rotos durante años. Con el tiempo, los
huesos se acababan soldando, sobre todo cuando el tejido óseo se endurecía tras
la etapa de crecimiento. Aún después de que los pies sanaran de infecciones
eran propensos a quebrarse nuevamente, especialmente cuando la niña pasase por
sus años adolescentes y sus huesos estuvieran todavía blandos. Las mujeres
adultas tenían más probabilidad de quebrarse las caderas y otros huesos debido
a caídas, pues su caminar era inestable y les costaba ponerse de pie desde una
posición sentada.
A principios del
siglo XX comenzó el declive de ésta moda o uso, considerándolo una práctica bárbara
y arcaica, pues provocaba discapacidades motoras de por vida, necesitando
cuidados y asistencia continua.
Aún así persistió
en zonas rurales, hasta 1.949, siendo prohibida, definitivamente, por el
gobierno comunista de Mao.
A principios del
siglo XIX se estimaba que el 40-50% de las mujeres chinas tenían los pies
vendados. Siendo para las clases altas, casi el 100%. Más de mil millones de
mujeres desde el siglo X hasta mediados del siglo XX.
Era símbolo de
belleza y un pre-requisito para encontrar esposo. Las mujeres, la familia y el
esposo tenían gran orgullo de “pies pequeños”. El Largo ideal, llamado “Loto
Dorado”, era de 7 cm.
Al andar evitaban
poner el peso del cuerpo en la punta del pié, tenían que hacerlo,
predominantemente sobre los talones.
Caminar requería
doblar las rodillas, levemente y balancearse, para mantener el equilibrio.
Provocaba una forma de andar, considerada de gran refinamiento: pasos pequeños,
oscilantes y frágiles. Eran considerados altamente eróticos. Hay manuales
sexuales, de la Dinastía Qing, que hablaban de 48 formas de jugar con los pies
vendados.
Normalmente
estaban ocultos a los ojos de los hombres, probablemente por el mal olor que
desprendían. Diversos microorganismos colonizaban los profundos pliegues
provocados en el arco del pié y los dedos...aunque la mujer tuviera buena
higiene, el lavado y secado era muy complicado.
Otro “atributo”
de los pies vendados era la limitación en su movilidad, por lo tanto, su
impedimento para tomar parte en la vida política y social. Esto las volvía
dependiente de su familia y su esposo. Se convertía en un preciado símbolo de
castidad y propiedad del hombre, ya que la mujer quedaba restringida a su hogar
y no podía ir lejos sin escolta o ayuda de los sirvientes.
Anteriormente a
esta práctica la mujer participaba en deportes, como la equitación y el polo,
al igual que los hombres, ejercicios que tuvieron que abandonar,
imposibilitadas por sus pies mutilados y...dicho de otra manera, su vida y su
libertad mutiladas.
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