Gotas de Palabras para Sirenanuska:
José Luis Jiménez Rodríguez.
Te pienso desde la palabra escrita dulce Sirenanuska, ser mágico unida a la voluntad paterna que te destinaron a la primogenitura, mientras los tiernos sentidos eran regados por la luz mediterránea el destino secuestraba a la libertad, convirtiendo tu adolescencia en eventual madre con juegos infantiles, guardados en el pupitre de ilusiones y secretos, sueños rotos que te dejó una herida en el alma de sirena. El aura de la buenaventura depositó una hija en tus entrañas, milagro de vida que comió tu comida y bebió tu bebida durante nueve meses, los traviesos duendecillos legaron energía positiva al misterioso lecho de un cuerpo formado dentro de otro cuerpo, no pudiste burlar el dolor del parto condena impuesta a la maternidad, debilidad, protección y refugio prolongan el cordón umbilical en las noches de manos entrelazadas, vigilando el espíritu inmortal de los sueños secuestrados por los pasadizos cósmicos, por donde anidan los monstruos de la razón, artimañas que abandona al azar el dios Morfeo, aventuras nocturnas que juntas parten y juntas regresan, viajeras sobre la luz sonrosada que precede al sol, desperezando el paraje de las etéreas sábanas. Sirenanuska, confesa víctima de los delirios, las hadas han negado la atalaya para tus palabras de seda, traídas desde lejanos países con voz anárquica, nunca sospechaste que tu alma moriría asaetada como le sucedió a San Sebastián, mártir romano de ingenua hermosura, quisiera saber porque tu corazón se dilata y contrae al igual que el frío aullido liberado por la loba en las noches de luna llena, sintiendo las quejas de sus crías por el hambre.
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